Cantigas de Cruz y Luna.

Cervera del río Alhama, una pequeña villa castellana donde cristianos, judíos y musulmanes conviven en secular armonía, envía sus mejores gentes a la campaña de las Navas de Tolosa. Les acompaña la dulce Zahara, arrastrada contra su voluntad a una aventura donde, para sobrevivir, habrá de ser más fuerte que los más intrépidos cruzados.

Puedes adquirir la novela en las más importantes librerías on-line, o pedir que te la traiga la librería de tu barrio. También puedes comprarla en editorial Maluma, que te la hará llegar sin gastos de envío.

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La novela

La novela
Una historia de aventuras en Cervera del río Alhama, una perspectiva nunca vista de las Navas de Tolosa

lunes, 24 de diciembre de 2012

Concurso de relato corto

Esta entrada nada tiene que ver con la edad media ni con los banderizos, pero sí con la literatura y sus amantes. 
Junto con mis amigos de la asociación literaria Plaza Nueva Idasleak, hemos puesto en marcha un concurso de relato corto de tema libre. La única exigencia es que la acción del relato ha de transcurrir en la Aste 
Nagusia bilbaína. 

Pueden ser unos guerreros medievales transportados a nuestra era por un oscuro nigromante o un siniestro asesino de perros que recorre las calles de Bilbao durante las fiestas. Todo vale, solo pedimos cariño en la escritura y respeto para con los demás.

Podéis consultar las bases y registrar vuestros relatos en mundopalabras. La presentación oficial del concurso será el próximo día 15 de enero a las 13 horas, en el hotel Abando de Bilbao. 


Por cierto, todos los que vengáis estáis invitados a una copita de cava.
¡Os esperamos!

miércoles, 5 de diciembre de 2012

De cómo mató el conde don Tello a este Juan de Avendaño en Vilvao e la causa d'ello


Retomemos el asunto donde lo habíamos dejado la semana anterior.

Juan de Abendaño había dejado en evidencia en público al conde don Tello, señor de Vizcaya por aquél entonces, al conseguir que el caballo del conde saltara por encima de unos jabalíes que habían soltado en la plaza de Bilbao. Además, había realizado algunos comentarios no muy afortunados en referencia a la autoridad que pudiera ostentar para gobernar el señorío alguien que no era capaz ni de hacer que le obedeciera su propio caballo.

El caso es que, una vez terminados los festejos con los puercos y un tanto avergonzado por el espectáculo que había dado a sus súbditos, marchó don Tello a comer acompañado de todos los asistentes al festejo.  Mientras comían y comentaban los acontecimientos del día, algunos de los presentes comenzaron a señalar que no eran de recibo las palabras del hidalgo y que ningún señor que se preciara podría aceptar que uno de sus súbditos dijera eso de él, y menos aún en presencia de otras gentes.  Entre los que aseguraban al conde “que no era para en el mundo si tales cosas soportaba”, uno de los más empecinados era Pero Ruiz de Lezama, vecino del de Avendaño. 
Realmente que no queda muy claro si Pero Ruiz insistía tanto en asegurarlo porque realmente consideraba que las palabras pronunciadas en la plaza de Bilbao ofendían la dignidad de su señor, o porque su vecino cortejaba demasiado descaradamente a su señora doña Elvira (señora del de Lezama, claro está), que era muy hermosa y lozana -tanto, que aseguraban los de su tiempo que no la había igual de bella en toda Vizcaya- y el pobre don Pero la tenía encerrada en su torre de Lezama rodeada de criados  para que no la enamorara el don Juan de Avendaño.

Tanta cizaña sembraron entre unos y otros en el alma del señor de Vizcaya, que al final consiguieron su objetivo: que el conde don Tello considerara un grave atentado contra su autoridad y honor las palabras de don Juan.
Imagen de las Cantigas (siglo XIII) donde un  justicia, armado con su maza, persigue a unos  peregrinos falsamente acusados de robo.
Así, apenas terminada la comida, dio orden a sus maceros que se encargaran de que Juan de Avendaño no volviera a dejarle en evidencia delante de sus caballeros, ni volviera a cuestionar la capacidad del conde para gobernar el señorío. De manera que, en cuanto terminaron todos de comer, se acercaron disimuladamente al orgulloso hidalgo y de unos cuantos mazazos acabaron con él. Luego, como público escarmiento, arrojaron su cadáver por la ventana de palacio -que daba a la misma plaza donde le avergonzó- para que sus criados se hicieran cargo de los despojos y los llevaran a su tierra para darle cristiana sepultura.
Lictores con sus fasces al hombro.

La imagen de Las Cantigas que ilustra este artículo nos muestra como, ya hacia 1280,  la maza era un arma habitual para los encargados de ejecutar la justicia en tierras hispanas. 
Podemos concluir que nuestros maceros realizaban una función similar a la encargada a los lictores  con sus fasces en la época romana, preceder al poderoso como seña de dignidad, protegerle y ejecutar la justicia más inmediata. 

Besamanos a Fernando V por los vizcainos en 1476

Besamanos a Fernando V por los vizcainos en 1476
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Bilbao en el siglo XV

Bilbao en el siglo XV
Así se supone que podía ser Bilbao a finales de la Edad Media

Casa torre de Etxaburu (fotografía de Txemi Ciria Uriarte)

Casa torre de Etxaburu (fotografía de Txemi Ciria Uriarte)
La casa, origen del linaje, razón de ser de los bandos

Espada de mano y media, también llamada espada bastarda - 1416

Espada de mano y media, también llamada espada bastarda - 1416
Armas de lujo para los privilegiados de la tierra

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