Cantigas de Cruz y Luna.

Cervera del río Alhama, una pequeña villa castellana donde cristianos, judíos y musulmanes conviven en secular armonía, envía sus mejores gentes a la campaña de las Navas de Tolosa. Les acompaña la dulce Zahara, arrastrada contra su voluntad a una aventura donde, para sobrevivir, habrá de ser más fuerte que los más intrépidos cruzados.

Puedes adquirir la novela en las más importantes librerías on-line, o pedir que te la traiga la librería de tu barrio. También puedes comprarla en editorial Maluma, que te la hará llegar sin gastos de envío.

Busca palabras y contenidos en las entradas anteriores de Tierra Amarga

La novela

La novela
Una historia de aventuras en Cervera del río Alhama, una perspectiva nunca vista de las Navas de Tolosa

miércoles, 31 de marzo de 2010

de Parientes Mayores y Banderizos

Cuando hablamos de nuestros caballeros medievales y de sus disputas (no olvidemos que pese a lo peyorativo de la palabra banderizo, estos hidalgos eran el prototipo de caballero medieval), se suelen emplear indistintamente una serie de palabras que, creo entender, querían señalar conceptos dispares.
A las disputas entre familias se le dio en llamar guerras banderizas, cuando en realidad no pasaron de ser conflictos armados entre diferentes bandos, facciones o sectores de la sociedad pudiente en la edad media. En una época en la que el poder se sostenía por la fuerza de las armas (y muchas veces se alcanzaba por los mismos medios), los nobles mantenían y aumentaban sus rentas del mismo modo.
Por otro lado, en la Edad Media el mero concepto de individuo era algo sin sentido, era imposible sobrevivir por sus propios medios en ambiente tan hostil, estaban obligados a formar parte de una comunidad, una familia, un linaje, un bando. Por eso resultaba tan llamativa la figura del caballero andante: un hombre solo, enfrentado a las vicisitudes de la vida y los peligros del camino sin otra ayuda que la de Dios... (Creo que esto merecería un artículo propio).
Los siervos y esclavos estaban protegidos por sus dueños y señores, los villanos por el concejo y la sociedad municipal. También los nobles habían de agruparse en grupos más amplios que les permitieran defenderse de sus vecinos más poderosos y de los intentos del rey por usurpar sus derechos y esquilmar sus fuentes de ingresos.
Llamaron a estos grupos bandos y a quienes pertenecían a ellos banderizos. Sólo con el advenimiento del renacimiento y la centralización del poder en manos de un rey todopoderoso, dueño absoluto de tierras y gentes, pudieron los nobles aspirar a sobrevivir por sus propios medios y medrar por si solos en la corte y los negocios.
Nos encontramos pues con que entre los siglos XIII al XVI, todos los nobles europeos pertenecían a uno u otro Bando y eran por lo tanto Banderizos.
En tierras vascas, formando los bandos y gobernados por las leyes del clan, destacaban los Parientes Mayores, herederos directos de fundador del linaje, aquél que conquistó la tierra, los hombres y los recursos con que edificar la casa y dio nombre al apellido. Estos parientes mayores aportaban al bando toda su gente y arrastraban tras de sí al resto de su clan. Sus descendientes ganaron a su vez más tierras y rentas, quizás incluso algunos fundaron apellido propio, y a cada uno de ellos se le llamó Jauna. Era el señor de la casa, el cabeza de familia, el Mayor de su apellido. Señores de la guerra, propietarios de las tierras, sus riquezas y de los hombres que las trabajaban, pero obligados a su vez por las disposiciones del mayor de su linaje, el pariente mayor. El resto de los descendientes varones, sus hijos fuera cual fuera su edad, eran Jauntxos, literalmente: señoritos. Término que todavía se utiliza en muchas zonas de la península con el mismo significado que en aquellos lejanos siglos.
Tras los banderizos –todos caballeros, todos hidalgos de mayor o menor fortuna-, cabalgaban escuderos y omes comunes. Gentes procedentes en su mayor parte de las tierras y pueblos propiedad del jauna a los que las armas permitían una vida más desahogada que al resto de sus paisanos. Soldados avezados en mil escaramuzas, pero que no eran banderizos, sino sus escuderos y hombres de armas.

5 comentarios:

Joselondinium dijo...

Hola de nuevo, Iñaki:

Llevaba tiempo sin leerte, ya tenía ganas :-) Qué quieres que te diga, me ha encantado el artículo; tienes la habilidad de instruir y entretener a un tiempo.

Felicidades,
Jose.

Iñaki dijo...

Me alegro que te haya gustado.
Que conste que esta clasificación es mía y personal. Puede que no se ajuste estrictamente a la realidad, pero, por cuanto yo he leído, creo que es bastante más ajustada a lo que pudo ser en realidad que la mayor parte de las interpretaciones que se hacen "por ahí" sobre banderizos, parientes mayores y jauntxos. No eran lo mismo, aunque estuvieran relacionados.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es muy interesante la distinción que haces, pero, en lo que se refiere a la nobleza de los parientes mayores, hay que hacer una precisión: sus títulos de nobleza estaba ligados a favores militares o de otra índole en las cosas castellanas, no a la posesión de tierra ni a relaciones de vasallaje en el seno del sistema vasco de organización de la vida pública. En el sistema vasco no existe la propiedad de la tierra. Los parientes mayores eran personas que habían conseguido establecer alianzas matrimoniales favorables que les permitían tener influencia en las casas más ricas y en las votaciones comunales, pero no eran señores feudales propiamente dichos. Emulaban a los castellanos, les hubiera gustado instaurar un sistema propiamente feudal por estos lares, pero en muchas zonas no terminaron de conseguirlo.

Iñaki dijo...

Bueno, en primer lugar, yo no hablo de título de nobleza, sino de parientes mayores de los apellidos o linajes.
En segundo lugar, el linaje o apellido está ligado, directamente, a la casa y sus tierras. NO entiendo tu afirmación de que en el sistema vasco no existe propiedad de la tierra. El concepto de propiedad en Vizcaya o Guipuzcoa está más que demostrado por la infinidad de conflictos legales que inundan los archivos de todo el territorio sobre explotaciones, caminos, propiedades y demás.
Para terminar, el origen aceptado de infinidad de muchos de los apellidos está ligado directamente a la construcción de una casa que dará luego nombre al apellido del hidalgo que la levanta.
Por no alargarme mucho, una sola nota del siglo XV donde se afirma, por un lado como se adopta el nombre por el lugar donde se asienta, y se afirma el concepto de propiedad, hasta el extremo de hacerlo hereditario.

Del linaje de Ganboa el que primero ovo este nonbre fue don Sancho Pérez de Ganboa, que fue fijo de don Pero Velas de Guebara e de doña Mari Sanz de Salzedo, fija de don Sant Garçía de Salzedo, que morió en Alarcos, que fue Señor de Ayala, que morava en Ubivarri Ganboa, porque gela dio su padre por erençia; e por aquello tomó aquel nonbre de Ganboa,

Iñaki dijo...

Anónimo:
Se me olvidaba darte las gracias por tu comentario y por participar en nuestro/tu blog.

Besamanos a Fernando V por los vizcainos en 1476

Besamanos a Fernando V por los vizcainos en 1476
Pinchando el cuadro puedes acceder a la galería de fotografías de Tierra Amarga

Bilbao en el siglo XV

Bilbao en el siglo XV
Así se supone que podía ser Bilbao a finales de la Edad Media

Casa torre de Etxaburu (fotografía de Txemi Ciria Uriarte)

Casa torre de Etxaburu (fotografía de Txemi Ciria Uriarte)
La casa, origen del linaje, razón de ser de los bandos

Espada de mano y media, también llamada espada bastarda - 1416

Espada de mano y media, también llamada espada bastarda - 1416
Armas de lujo para los privilegiados de la tierra

Entradas populares

Seguidores

Tierra Amarga|Crea tu insignia