Cantigas de Cruz y Luna.

Cervera del río Alhama, una pequeña villa castellana donde cristianos, judíos y musulmanes conviven en secular armonía, envía sus mejores gentes a la campaña de las Navas de Tolosa. Les acompaña la dulce Zahara, arrastrada contra su voluntad a una aventura donde, para sobrevivir, habrá de ser más fuerte que los más intrépidos cruzados.

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La novela

La novela
Una historia de aventuras en Cervera del río Alhama, una perspectiva nunca vista de las Navas de Tolosa

martes, 5 de junio de 2012

Qué comían los caballeros medievales (y algunas recetas de su época).

No repetiré aquí los diferentes productos que comían los hidalgos y caballeros -ya indicados en el anterior artículo- sino que trataré de abrir una pequeña rendija en el tiempo a través de la cual pudiera el lector entender cómo comían nuestros antepasados.

Antes de comenzar, una curiosidad: la expresión poner la mesa que aún se usa en nuestros días, proviene de la edad media, cuando la comida se servía en la habitación principal de la casa que debía de estar utilizable para los diferentes menesteres a los que estaba destinada. Al llegar la hora del condumio, se colocaban unos caballetes en el centro y sobre ellos una o varias tablas sobre las que se servían las viandas y que se recogían una vez terminada la comida. De ahí viene eso de poner y recoger la mesa
El menaje era bien sencillo: una fuente en el centro con la comida y una escudilla por comensal. Cada uno disponía de su cuchillo y una cuchara como únicos cubiertos, por que se comía con las manos,. Pero no a dos manos y grandes bocados como aparecen el las películas de Hollywood, sino únicamente con los tres primeros dedos de la mano derecha.  
En las mesas de los ricos se lavaban las manos antes de la comida en la misma mesa  con un aguamanil que portaban los criados, se bendecían los alimentos y comenzaba el banquete. Al terminar, volvían los  criados con  las jofainas y paños para limpiarse manos y boca. Durante la comida, si eran pudientes, se limpiaban las manos  en la parte de mantel que tenían frente a sí. 
En la mesa de los pobres no existían ni aguamaniles ni manteles, de manera que para esos menesteres habían de servirles sus propias ropas.

Pasando a la comida, como ya comentamos, los alimentos básicos en el medioevo fueron el pan y el vino, que era considerado también un alimento más.  Pan de trigo para los nobles y pudientes, de centeno para el resto, cuando no de cebada, mijo, arroz, bellotas, habas, guisantes o hayucos. Imaginad el pan que podían sacar de estos ingredientes cuando las únicas harinas realmente panificables, tal y como entendemos hoy el pan, son las de trigo y centeno.
La harina (de cualquier grano seco) se hervía o cocía mezclada con agua, leche de almendras (quien la tuviera), unto o sebo  y se comía en papilla, como gachas o en algo parecido al cus-cus.
Receta de gachas:
Se cuece cualquiera de las harinas mencionadas antes con agua. Si se dispone de él, se puede sustituir el agua por un caldo de carne, verduras, o cualquier otro líquido (menos leche, que se consideraba con exceso de humedad y perjudicial para la salud), incluyendo el vino. 
Esta es la receta básica. Ahora podemos engordarla añadiendo al puchero algo de unto o  ilustrarla con unos trozos pequeños de tocino o carne. Si la comemos sola podemos endulzarla con miel (azucar, si somos gentes de posibles) o añadirle tomillo u orégano y una pizca de sal si es de nuestro gusto.

Respecto a los alimentos líquidos, era el vino el más valorado, aunque en las zonas pobres del norte también se consideraba alimento básico la sidra. El vino se consumía normalmente aromatizado con especias (clavo, canela, etc.), miel o resinas y en muchos casos tras hervirlo con ellas. La otra gran bebida  medieval fue el hidromiel, elaborado con agua y miel aromatizadas con canela, clavo y otras hierbas y  fermentado para conseguir un cierto grado alcohólico.
Receta de hipocrás:
Tres partes de vino, una de agua, varios clavos de olor, canela, jengibre rallado y abundante miel. Se hierve solo un momento y se deja reposar unos minutos, se cuela y listo para beber.
Receta de sopa de vino:
Los dos alimentos básicos también se consumían juntos, se hervía el vino con pan seco y se añadía al guiso miel o leche cuajada. No sé si sería agradable al paladar, pero energético si que debía serlo.

En las comidas de los ricos nunca faltaba carne, tanto de caza como de animales domésticos y se comían de la vaca y el cerdo desde su grasa y sus pezuñas hasta el tuétano de sus huesos. Se hacían embutidos con su carne y se asaba, cocía o freía cada una de sus partes.
Receta de cerdo asado:
Se vacía el cerdo de sus vísceras, se pican bien todas ellas desde el corazón al hígado (riñones y pulmones incluidos) desechándo únicamente los intestinos. Se mecla este picadillo con huevos, queso viejo, sal, comino, ajos y cebollas. Se rellena el animal, se unta bien en manteca y se mete al horno hasta que quede la piel bien crujiente.

Como hemos comentado también abundaban los pescados, tanto secos –ahumados y salados- como frescos.
Receta de guisado de congrio:
Se cuece el congrio con algo de sal y un chorrito de vinagre, aparte se majan almendras y piñones y se mezclan con pan seco y ajo. Se deslíe el majado con una cucharada de vinagre y algo del caldo de la cocción y se le añade menta, clavo y pimienta. Se cuece bien la salsa y se vierte sobre el congrio cocido.

Las verduras (comida de pobres) se comían normalmente cocidas y solo quienes disponían de algún dinero se permitían incorporar al caldo sebo, caracoles, anguilas o cualquier otro ingrediente que pudiera añadir algo de sustancia a la sopa.
Receta de col:
Se cuecen las coles troceadas junto a unas cebollas y puerros. Cuando está ya cocida, se le añade mantequilla o manteca, se aromatiza con hierbas (al gusto de cada cual) y a la escudilla.

¡Buen apetito!

7 comentarios:

Pollito dijo...

Excelente articulo! Me encantan los platos medievales. Les comparto mi receta favorita http://polloala.com/2013/01/15/recetas-destacadas/sopa-de-pollo-y-canela/ Saludos y felicitaciones!

Iñaki dijo...

Bienvenido Pollito a nuestro/tu blog.
Me alegra que te haya gustado el artículo y te agradezco por demás los elogios que dedicas a este artículo.
He leído con atención la receta de pollo y canela y, realmente, sí que eran energéticas las recetas medievales. Cualquiera que se metiera entre pecho y espalda un buen plato de semejante guisote seguro que tenía energías suficientes como para aguantar la jornada.

Unknown dijo...

Excelente articulo m interezo mucho el de los vinos ya q en invierno soy muy dado a prepararlos gracias

Iñaki dijo...

Gracias por tus amables palabras.
Espero que cuando lo pruebes nos digas que tal resulta la receta.

Azucena dijo...

Me encanta la historia culinaria del medievo pero no soy practicante, solo me gusta leerlas, muchas gracias por este excelente articulo. Azucena

Iñaki dijo...

Gracias ti, Azucena, por leerlo y comentarlo.

Anónimo dijo...

Buena receta! Me gustan todo tipo de platos medievales, tanto de verduras como de carnes! Me gusta todo (nunca pierdo el apetito) y ahora voy a preparar comida...de tu blog.
-2020-

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