Sabemos los reyes que acudieron, pero ¿Cuántos les acompañaban?
Mucho se ha hablado (e inventado) respecto al número de combatientes que participaron en la batalla de las Navas de Tolosa.
Sencillamente ocuparían todo el espacio disponible, sin posibilidad de moverse ni mucho menos luchar en él.
Una de las cosas que más me llamó la atención en mis primeras
lecturas sobre la batalla de las Navas de Tolosa, fueron las mentiras que alegremente
exponían los pseudo-historiadores cuando hablaban de esta cruzada.
Afirmaban que participaron en la contienda entre 60.000 y 150.000 cristianos enfrentados a 200.000 o 400.000 musulmanes.
Evidentemente, quienes defendían estas cantidades ni
habían estado en la llanada donde se enfrentaron los cruzados con las tropas de
Al-Nasir, ni conocían la logística necesaria en la edad media para mover un
ejército.
Las navas tienen una anchura cercana a los dos
kilómetros en su punto más amplio. Si disponemos el ejército cristiano por
completo a pie (un peón ocupa menos que un caballo) y cedemos un espacio de 90
cm. lateral entre hombre y hombre, manteniendo un metro y medio entre líneas, dejo
al lector interesado que calcule el espacio necesario para desplegar el
ejército cristiano del que hablan los optimistasSencillamente ocuparían todo el espacio disponible, sin posibilidad de moverse ni mucho menos luchar en él.
Además, sobre la mesa del rey apenas cabría un
campamento para 12.000 personas. Que afirman tenían enfrente a ¿cuántos almohades… 200.000? Para
poder colocarse en el terreno del que disponían, tendrían que haberse subido unos
encima de otros.
Por si estos datos no son suficientes, pensad en los
acompañantes de los soldados. Tengamos en cuenta que allá por el siglo XIII
cada caballero cuidaba de su propia intendencia. Una partida tendría que contar con civiles que
les guisaran, compusieran sus armas, cuidaran de los animales de carga y
alimento, atendieran a los caballeros y sus monturas, médicos… además seguían al ejército
comerciantes dispuestos a suministrar aquellos bastimentos que se les agotaran,
taberneros, prostitutas, mercaderes de esclavos que transformaran en metálico a
los prisioneros que se pudieran hacer… una caterva aún más numerosa que el propio ejército.
Quien desee profundizar en estos números, que
consulte a Francisco García Fitz que (y con él la mayor parte de
los historiadores actuales) concluyó
en su estudio Las Navas de Tolosa (Ariel, 2008) que el número de
caballeros cristianos en las Navas podría rondar los 4000, acompañados de unos 8000
peones, lo que suma un total de 12 000 efectivos.
Se da por supuesto que los
musulmanes contaban con algo menos del doble de combatientes que los cruzados. Por lo tanto, en aquél junio de 1212, tendríamos del orden de unos treinta mil individuos dispuestos a masacrarse en los campos de las Navas.
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