Uno de los planteamientos que más está llamando la atención a los lectores de Cantigas de Cruz y Luna aficionados a la historia, es la afirmación de que existían guerreros musulmanes entre las tropas cristianas que participaron en la cruzada de las Navas de Tolosa. Pero es bien cierto el que ambos monarcas emplearon soldados de la otra religión en aquella campaña.
Al-Nasir contaba entre sus combatientes con una potente caballería pesada, equipada al estilo occidental, compuesta por andalusíes y caballeros cristianos a los que llamaban farfanes y que formaban parte del ejército califal.
En esta miniatura del siglo XIII se puede ver un ejército cristiano con jinetes musulmanes como tropas auxiliares. |
En principio, pudiera
parecer un tanto peregrino el proponer que Alfonso VIII de Castilla reclutara a
soldados musulmanes para participar en su cruzada, pero existen las suficientes
referencias e indicios en las crónicas como para considerar más que plausible la
presencia de castellanos islamitas formando parte de las huestes del rey
Alfonso, y muy posiblemente como ballesteros.
En primer lugar, se da por cierto que
en las jornadas previas al enfrentamiento muchos de los soldados que desertaban
del campo cruzado lo hacían para incorporarse a las tropas del Miramamolín, lo
que resultaría difícil de explicar si no fueran también musulmanes los
desertores. (Estudio sobre la campaña de
Las Navas de Tolosa, de Ambrosio Huici Miranda). Además, diferentes autores insinúan que una
de las razones influyentes en la defección de los ultramontanos pudo ser la
presencia de moros y judíos entre las huestes españolas.
Ballestero musulmán |
Sabemos por otro lado que reyes cristianos, e incluso
las propias órdenes militares, los contrataban puntualmente para reforzar sus
filas. Así, podemos encontrarnos con ballesteros musulmanes combatiendo como
tropas auxiliares de los freires de la orden de Santiago en el año 1246 (Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media, siglos XII-XV, de Carlos de
Ayala Martínez), apenas treinta años después de las fechas en que transcurre esta novela, o al rey Pedro III de Aragón reclutando
un numeroso grupo de ballesteros musulmanes para la defensa de Gerona en el año
1285. (La Historia Militar del Reino medieval de Valencia: Balance y
perspectivas, de Luis Pablo
Martínez).
A la vista de estos datos, resulta
perfectamente verosímil que Alfonso VIII
se pudiera servir también de sus vasallos musulmanes (aunque fueran en un
número poco significativo o casi anecdótico respecto al total de los efectivos
reunidos) para engrosar las tropas empeñadas en la campaña de Las Navas, la
mayor recluta jamás realizada en todo su reinado.
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